En Muruhuay, distrito de Acobamba, provincia de Tarma, región Junín, cada 3 de mayo se le rinde homenaje al «Señor de Muruhuay» en una fiesta que ha traspasado nuestras fronteras.
El año 2017 el Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a esta festividad por tratarse de una expresión masiva de la fe cristiana cuya aparición coincide con los inicios de la vida republicana de nuestro país.
Existen muchos relatos sobre la aparición del Cristo en la piedra. La versión que ha cobrado mayor fuerza por las investigaciones realizadas nos dice que durante la epidemia de la viruela que asoló la región en 1835, las autoridades del pueblo de Muruhuay optaron por aislar y concentrar a los enfermos en las faldas del cerro Shalacoto con el propósito de evitar la difusión de la enfermedad. Los pobladores aislados, viéndose en la necesidad de recoger piedras para construir sus casas, retiraron unas rocas junto a un manantial de aguas milagrosas, dejando al descubierto, según contaban, una imagen dibujada en la roca. Se trataba de una Cruz roja, sobre la cual se pintaría posteriormente la imagen de Cristo. Desde entonces se venera la imagen, creciendo cada día más su fama por los testimonios
milagrosos de sus fieles.
La festividad en honor al «Señor de Muruhuay» cuenta con raíces andinas. La devoción y la alegría del pueblo se expresan a través de pasacalles, en los que grupos de baile presentan distintas danzas
típicas de la zona, acompañando el peregrinar de los fieles que se dirigen al Santuario para agradecerle a Cristo y pedir su bendición.