Imaginería tradicional presentada con vestimenta de gala de Astobamba. Las tres piezas se construyen con madera tallada y terminada con pasta de yeso. La factura del pulido final es sumamente delicada y llega a transmitir un carácter de serena belleza: Existe asimismo un cuidado especial por el detalle realista en las manos.
Las vestimentas han sido elaboradas a escala con lana de oveja y pellejos reales. Esta obra recoge mucho del lenguaje neoclásico en el tratamiento de rostros y manos y en la composición y dinamismo del conjunto.
Cuando tenía 6 años sus abuelos le enseñaron a bordar, como parte de la tradición familiar, lo que también incluía hacerse su propia vestimenta. Poco a poco empezó a perfilarse asimismo en la imaginería.
Los primeros trabajos que realizó fueron de danzantes de tijeras, arte que también practica y enseña.