La obra contiene elementos tradicionales de tres departamentos del Perú. Los bellos y decorados ponchos del Cuzco, los sombreros redondos de Apurimac y los típicos colores tierra de la cerámica de Quinua (Ayacucho).
Las piezas han sido moldeadas con arcilla de color blanco, amarillo y rojo. Se ha utilizado asimismo roca de manganeso molida y colada para lograr otros tonos. Los detalles de la decoración se han realizado con plumas de gallina.
Nació en la Hacienda San Agustín, en el Callao. Siendo muy pequeño pasó una larga temporada en Moya, anexo de Quinua, en Ayacucho. Motivado por su hermano Víctor dio sus primeros pasos en el mundo de la cerámica. A los doce años, realizó sus «primeras prácticas» desarrollando sus propios juguetes. Su primera pieza importante la llevó a acabo a los trece años: «La Última Cena», pieza que fue también su primera venta.
En el año 1985 regresó a Lima continuando con su desarrollo como ceramista, dando paso a sus primeras exposiciones y concursos. Convocado por el Dr. Luis Repetto Málaga al concurso «Santa Rosa y su tiempo” del Banco de Crédito del Perú (1995), ganó el primer puesto. Así, también en el año 1999, ganó el primer lugar en el concurso de arte popular “Raymisa” en la categoría «cerámica» y, ese mismo año, con la obra «Ángeles andinos» ganó el primer lugar en el concurso organizado por NOVICA.
En el año 2008 ganó el primer puesto en el IV Concurso Nacional de Nacional de Nacimientos “Navidad es Jesús” y en el año 2011 recibió la «Medalla Joaquín López Antay» otorgada por el Congreso de la República.
Sus obras han sido expuestas en Estados Unidos, Brasil, Francia y España. Mantiene su estilo tradicional porque desea que los colores y las características de la cerámica de Quinua se mantengan vigentes.